jueves, 30 de junio de 2011

lecturas para bodas por la iglesia

* Carta a los Romanos 12, 1-2.9-18
Lo mejor que los esposos pueden ofrecer a Dios es una vida inspirada siempre por el amor, como Dios quiere para todos sus hijos. En esta lectura, san Pablo desgrana una a una las delicadezas del amor cristiano.

Les ruego, pues, hermanos, por la gran ternura de Dios, que le ofrezcan su propia persona como un sacrificio vivo y santo capaz de agradarle; este culto conviene a criaturas que tienen juicio. No sigan la corriente del mundo en que vivimos, sino mas bien transfórmense a partir de una renovación interior. Así sabrán distinguir cual es la voluntad de Dios, lo que es bueno, lo que le agrada, lo que es perfecto.
Que el amor sea sincero.
Aborrezcan el mal y procuren todo lo bueno.
Que entre ustedes el amor fraterno sea verdadero cariño, y adelántense al otro en el respeto mutuo.
Sean diligentes y no flojos.
Sean fervorosos en el Espíritu y sirvan al señor.
Tengan esperanza y sean alegres.
Sean pacientes en las pruebas y oren sin cesar.
Compartan con los hermanos necesitados, y sepan acoger a los que estén de paso.
Bendigan a quienes los persiguen; bendigan y no maldigan.
Alégrense con los que están alegres, lloren con los que lloran. Vivan en armonía unos con otros. No busquen grandezas y vayan a lo humilde; no se tengan por sabios.

* Carta a los Colosenses  3,12-17
¿Cómo tienen que vivir los cristianos? ¿Cómo debe ser el trato y la relación de unos con los otros? Y, concretamente, ¿Cómo tiene que vivir una pareja cristiana, una familia cristiana? San Pablo habla de cuales son los sentimientos y las actitudes que deben movernos en nuestra vida, teniendo siempre como fundamento la inspiración y la fuerza de Jesucristo.

Pónganse, pues, el vestido que conviene a los elegidos de Dios, sus santos muy queridos: la compasión tierna, la bondad la humildad, la mansedumbre la paciencia. Sopórtense y perdónense unos a otros si uno tiene motivo de queja contra otro. Como el Señor los persono, a su vez hagan ustedes lo mismo.
Por encima de esta vestidura pondrán como cinturón el amor, que lo hace todo perfecto. Así la paz de Cristo reinara en sus corazones, pues para esto fueron llamados y reunidos. Finalmente, sean agradecidos.
Que la palabra de cristo habite y se sienta a gusto en ustedes. Tengan sabiduría para que puedan enseñar y aconsejar unos a otros; canten a Dios de todo corazón y con gratitud salmos, himnos y alabanzas espontáneas. Y todo lo que puedan decir o hacer, háganlo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de el.

A)      Lecturas del Evangelio

* Mateo 5, 1-12 a
Las “bienaventuranzas”: n anuncio de felicidad y, al mismo tiempo, un programa de vida. Leer estas palabras en la celebración del matrimonio significa eso también: ante todo, el mejor anuncio y deseo de felicidad que se puede hacer para la nueva etapa que los novios empiezan; y, al principio del tiempo, la proclamación del único estilo de vida – el estilo de Jesús – capaz de hacer realidad todos los grandes deseos de los hombres.

Jesús, al ver toda aquella muchedumbre, subió al monte. Se sentó y sus discípulos se reunieron a su alrededor. Entonces comenzó a hablar y les enseñaba diciendo:
Felices los que tienen el espíritu del pobre, porque de ellos es el Reino de los Cielos.
Felices los que lloran, porque recibirán consuelo.
Felices los pacientes, porque recibirán la tierra en herencia.
Felices los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados.
Felices los compasivos, porque obtendrán misericordia.
Felices los de corazón limpio, porque verán a Dios.
Felices los que trabajan por la paz, porque serán reconocidos como hijos de Dios.
Felices os que son perseguidos por causa del bien, porque de ellos es el Reino de los Cielos.
Felices ustedes, cuando por causa mía los insulten, los persigan y les levanten toda case de calumnias.
Alégrense y muéstrense contentos, porque será grande la recompensa que recibirán en el Cielo. Pues bien saben que así persiguieron a los profetas que vinieron antes de ustedes.

* Mateo 5,13-16
La tarea cristiana: ser sal, ser luz. La tarea que Jesucristo ha encargado a sus seguidores. Y, por lo tanto, también las tareas que en la celebración de la boda se encomienda a la pareja de cristianos. Porque el amor que en el matrimonio se celebra no es solo un gozo que se encierra entre dos personas, sino que es algo mas: tiene que ser sal, tiene que ser luz.

Ustedes son la sal de la tierra. Pero si la sal se vuelve insípida, ¿Cómo podrá ser salada de nuevo? Y no sirve para nada, por lo que se tira afuera y es pisoteada por la gente.
Ustedes son la luz del mundo: ¿Cómo se puede esconder una ciudad asentada sobre un monte? Nadie enciende una lámpara para taparla con un cajón; la ponen mas bien sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en la casa. Hagan, pues, que brille su luz ante los hombres; que vean estas buenas obras, y por ello den gloria al Padre de ustedes que está en los Cielos.

* Mateo 7, 21.24-29
Por la celebración del matrimonio se construye una nueva familia. Si esta construcción pone sus cimientos solidamente sobre la voluntad de Dios y la palabra del Evangelio, se mantendrá siempre firme en medio de todas las adversidades.

No bastara con decirme: ¡Señor!, para entrar en el Reino de los Cielos; más bien entrar el que hace la voluntad de mi Padre del Cielo. Aquel día muchos me dirán: ¡Señor, Señor!, hemos hablado en tu nombre, y en tu nombre hemos expulsado demonios y realizado muchos milagros. Entonces yo les diré claramente: Nunca les conocí. ¡Aléjense de mi ustedes que hacen el mal!
Si uno escucha estas palabras mías y las pone en práctica, dirán de el: aquí tienen al hombre sabio y prudente, que edifico su casa sobre roca. Cayo la lluvia, se desbordaron los ríos, soplaron los vientos y se arrojaron contra aquella casa, pero la casa no se derrumbo, por que tenia cimientos sobre roca. Pero dirán del que oye estas palabras mías, y no las pone en practica: aquí tienen a un tonto que construyo su casa sobre la arena. Cayo la lluvia, se desbordaron los ríos, soplaron los vientos y se arrojaron contra esa casa: la casa se derrumbo y todo fue un gran desastre.
Cuando Jesús termino este discurso, la gente estaba admirada de cómo enseñaba, porque lo hacia con autoridad y no como sus maestros de Ley.

* Mateo 22,34-40
Entre todas las leyes, la de Dios es la que mas penetra en nuestra vida intima. Las demás leyes mandan las cosas que tenemos que hacer. La ley de Dios nos manda que amemos con todo el corazón. El segundo mandamiento de esta ley es el amor al prójimo, y ¿Dónde puede realizar eso de modo mas fuerte, mas próximo, que en la unión de marido y mujer.

Cuando los fariseos supieron que Jesús había hecho callar a los saduceos, se juntaron en torno a el. Uno de ellos, que era maestro de la Ley, trato de ponerlo a prueba con esta pregunta: “Maestro, ¿Cuál es el mandamiento mas importante de la Ley?”.
Jesús le dijo: “Amaras al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente. Este es el gran mandamiento, el primero. Pero hay otro muy parecido: Amaras a tu prójimo como a ti mismo. Toda la Ley y los Profetas se fundamentan en estos dos mandamientos.”

* Marcos 10, 6-9
Esta lectura invita a esforzarse cada día en la vida matrimonial para que nada separe a los esposos el uno del otro, ni en los hechos ni en el corazón.

Pero al principio de la creación Dios los hizo hombre y mujer; por eso dejara el hombre a su padre y a su madre para unirse con su esposa, y serán los dos una sola carne. De manera que ya no son dos, sino uno solo. Pues bien, lo que Dios ha unido, que el hombre no lo separe.

* Juan 2, 1-11
El poder de Jesús y la bondad confiada de su madre hicieron que en las bodas de Cana una pena de los novios se convirtiera luego en mayor alegría para todos. También Jesús esta presente ahora en esta boda. Y también esta aquí su fuerza, para que el agua de cada día se siga convirtiendo en vino nuevo.

Tres días más tarde se celebraba una boda en Caná de Galilea, y la madre de Jesús estaba allí. También fue invitado Jesús a la boda con sus discípulos. Sucedió que se ternito el vino preparado para la boda, y se quedaron sin vino. Entonces la madre de Jesús le dijo: “No tienen vino.” Jesús le respondió: “¿Que quieres de mi, Mujer? Aun no ha llegado mi hora.”
Pero su madre dijo a los sirvientes: “Hagan lo que el les diga.”
Había ahí seis recipientes de piedra, de los que usan los judíos para sus purificaciones, de unos cien litros de capacidad cada uno. Jesús dijo: “Llenen de agua esos recipientes.” Y los llenaron hasta el borde. “Saquen ahora, les dijo, y llévenle al mayordomo.” Y ellos se lo llevaron.
Después de probar el agua convertida en vino, el mayordomo llamo al novio, pues no sabia de donde provenía, a pesar de que lo sabían los sirvientes que habían sacado el agua. Y le dijo: “Todo el mundo sirve al principio el vino mejor, y cuando ya todos han bebido bastante, les dan el de menos calidad; pero tu has dejado el mejor vino para el final.”
Esta señal milagrosa fue la primera, y Jesús la hizo en Caná de Galilea. Así manifestó su gloria y sus discípulos creyeron en el.

* Juan 15, 12-16
Una nueva invitación a la alegría de amar. Hasta el fondo, como Jesús. Y, al mismo tiempo, una llamada a convertir este amor en fruto. Es decir, una llamada a no encerrar este amor dentro de la pareja, sino sentirse enviados a extenderlo.

Este es mi mandamiento: que se amen unos a otros como yo los he amado. No hay amor más grande que dar la vida por sus amigos, y son ustedes mis amigos si cumplen lo que les mando. Ya no les llamo servidores, porque un servidor no sabe lo que hace su patrón. Los llamo amigos, porque les he dado a conocer todo lo que aprendí de mi padre.
Ustedes no me eligieron a mi; he sido yo quien los eligió a ustedes y los prepare para que vayan y den fruto, y ese fruto permanezca. Así es como el Padre les concederá todo lo que le pidan en mi Nombre.

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